Los trabajos precarios

Y me tocaban trabajos aburridos. Trabajos que no me llenaban. No me pagaban bien. Me explotaron a más no poder. Pero la gente que decía que era quejica, ni ayudaba. Sólo me daban trabajos perecederos, puntuales, poco tiempo. Ofrecían mejores puestos, estabilidad, salarios, condiciones...supuestamente por estudiar más. Pero no. Los gremios y grupos se regalaban los puestos. Cuando me tocaba algo bien, se encargaban de eliminarme o decir que no era apta, siendo mentira. Sólo porque una vez no dijera a un grupo de narcisistas que no trabajan bien no implica que sea yo el 0. Pero así ha sido.

Y no es que quisiese ser directora ni subdirectora de una empresa, tesorera o similar: me conformo con puestos en perfumerías, joyerías, tiendas de ropa de chicas especialmente de lujo y lenceria , oficinas (pero no teletrabajo, ni estar pegada solo al pc y más en turnos de noche que si es posible ni los quiero), recepciones de centros especialmente salud y belleza, farmacia lo que más. De trabajadora social, siempre te diré que de drogodependencias, salud mental, centro médico, pac.. pero los regalan, lo que a mí me gusta parece que se lo dan a quién ni se molesta en estudiar o se droga y no de te, café o consumo responsable de alcohol... Parece que alguien encuentra divertido incluso, confundir trabajadora social con trabajadora sexual por no ser del gusto de alguien, cuando quizás x belleza no es ni guapura ni sexual, ni agradable. Especialmente, las personas envidiosas que siempre se pelean por ser las más guapas, y resultan feas.

Parece que me castigan a ser de otros trabajos que no te motivan como es el motor, conductora, y ser de países, sexo, a no tener nada, ya a mí comer... Este nuevo enfoque es ridiculo. Veo a mujeres odiando joyas y ropas, queriendo ser un hombre y no como cuando trabajaba en oficina, sino ya incluso humillando a otras mujeres, buscando a esos hombres de cualquier forma, y yo me muero por volver a usar vestidos en trabajos de mi gusto, vivir la vida que tenía, si quién deseo tiene buenos propósitos bien y no esa m. de amor pobre o estar supeditada a un hombre económicamente, como si fuese la panacea, algo fomentado incluso por hombres de universidad, triste y ridículo. 

Al menos, por deprimida que esté, nunca me paro. Será la canción de Marta Sánchez, mi feminismo sano y creencias de haber visto real lo que deseo, y factible, en otros, y no esas tonterías que muchos adictos venden, incluso para mantener parejas o trabajos, que no proceden y dañan la autoestima, aunque dan de comer a muchos psicólogos. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

La gorda

Las joyas

Galletas